4 maneras de mantenerse feliz en Internet

 

Internet se ha vuelto una forma fundamental de vincularnos con el mundo y para muchos, es una de las herramientas primordiales de trabajo. Sea para comunicarnos, informarnos o para sostener nuestra insaciable búsqueda de pornografía. Necesitamos la web del mismo modo que necesitamos calles y semáforos.

Lo interesante es que así como el tráfico nos amarga, estresa y somete a situaciones lamentables, lo mismo sucede con Internet. Es demasiado fácil ver cosas que pueden indignar y nos enfurecen. Esto no es porque la Internet nos hace sacar lo peor de nosotros mismos, sino porque aglomera lo que ponemos en nuestras computadoras del mismo modo que las cloacas aglomeran toda la porquería que ponemos en nuestros retretes.

Si, voy a usar muchas analogías escatológicas en este artículo. Banquensela.

Así que aquí van algunas sugerencias, no para seguir a rajatabla, desde luego. Pero si ya estás teniendo un día de mierda, esto probablemente evite que tu malhumor empeore al nivel de “matar a todos los que me rodean con el envoltorio disfuncional de las galletitas”.

 

4.  Tratar de filtrar las noticias

Vivimos en un mundo donde pasan demasiadas cosas al mismo tiempo. Por lo tanto, es importante mantenerse informado. Nadie quiere despertarse un día como cualquier otro y al salir a la calle enterarse de golpe que los Hombres Topo finalmente conquistaron a la raza humana.

Es importante saber si hay cambios en los precios del combustible, subsidios a ciertas industrias, paros del transporte o si finalmente van a aprobar una legislación que me permita salir a la calle y mostrar mi imposiblemente sexy cuerpo desnudo. Y desde luego, las noticias sobre deportes, música, entretenimiento y cultura son importante para cada cual según sus gustos. Es bueno saber cuándo se estrena una película que nos interesa, o si nuestro cuadro de opción se comió crudo a las eternas gallinas del cuadro rival.

Posiblemente yo no mire los mismos deportes que ustedes.

Lo que no necesitamos saber es que un camión atropelló a una anciana y a toda su familia adoptiva de huérfanos camboyanos. Ni que un hombre decapitó a su esposa, la prendió fuego, le rayó el auto, le hackeó la cuenta de Facebook, le desprogramó los canales de cable y le orinó la tumba de los padres.

Entiendan, no es que es mejor no saber nada al respecto. Es importante saber cifras, no los detalles. Las peculiaridades morbosas de una noticia roja no amplían nuestro conocimiento sobre una problemática. No nos preparan para afrontar una situación similar. Si leemos estas noticas es porque una parte de nuestro cerebro es defectuosa y se alimenta de la desgracia ajena. Es un aspecto triste y poco elegante de la condición humana.

A esto le podemos agregar  cerca de dos tercios de las noticias que salen sobre políticos. Les aseguro una completa pérdida de tiempo al leer cualquier nota cuyo titular use terminología como: «Diputado Fulano opina sobre las importaciones de vibradores a base de energía eólica». Importa poquísimo a largo plazo lo que un político diga a la prensa sobre cualquier asunto. Lo importante es saber cómo piensa votar en el senado, o en caso de que  forme parte del poder ejecutivo, porqué vetó la propuesta para dejarme caminar desnudo por la calle.

En serio, el mundo se lo está perdiendo.

 Evidentemente, como la prensa nunca va a dejar de apelar a lo sensacionalista para generar audiencia, algo de basura periodística hay que tragar para mantenernos medianamente enterados de lo que pasa. Pero podemos estar bien informados filtrando al menos un 70% de las noticias que los portales suben cada día.

El problema está en que por más que se filtren las noticias, la humanidad siempre va a hacerse presente en su manera más catártica y verbalmente irresponsable, por eso también es recomendable…


3. Ignorar por completo la sección de «Comentarios»

A veces nos exponemos a cierto tipo de material en Internet y no podemos evitar pensar: «¡Carambolas! Este autor expuso sus argumentos con lamentable ineptitud. Voy a hacerlo recapacitar mediante el uso de profanidades sobre los genitales de su madre y comparaciones con el Tercer Reich del señor Adolfo Hitler».

El problema es que absolutamente todos los demás tienen el mismo impulso. Con lo cual la sección de comentarios de una página en Internet se transforma en un cóctel molotov de infradotados promoviendo homofobia, racismo, intolerancia y estupidez. Y lo peor, es que al ver todo esto, el impulso básico es responderles usando exactamente el mismo nivel de agresividad peniana (si… “peniana”… de pene. Es una alusión a ser “cabeza de pito”).

Si no te reís con esto es porque te moriste por dentro.

A veces los comentarios son útiles (excepto en Twitter, que es una página compuesta enteramente de comentarios y debe ser evitada como la peste si no estás de buen humor). El feedback es importante para los generadores de contenidos. Pero antes de ir a la sección de comentarios para hacer “tu aporte” es bueno que te hagas un par de preguntas autopreservadoras:

1 – ¿Alguien me obliga a leer o responder estos comentarios?

2 – ¿Voy a opinar porque me enojé o porque realmente creo que mi aporte va a hacer la diferencia?

3 – ¿Tengo algo realmente constructivo para decir? Aparte de «Me gustó» «No me gustó» o «Chicos, chicos, no se peleen que pelarse genera arrugas y todos tenemos razón y podemos ser amigos».

4 – ¿Para escribir mi comentario necesito leer los de los demás?

5 – Viendo que los demás comentarios fueron escritos por cavernícolas neonazis con miedo a un golpe de estado por parte de inmigrantes homosexuales… ¿Realmente creo que voy a cambiar algo respondiéndoles?

Es bueno señalarle a un autor cuando algo que dice es incongruente. O cómo podría haberlo hecho mejor… este tipo de aportes apuntan a mejorar la calidad del material que encontramos en Internet. O incluso uno puede sumarse a un debate para ampliar conocimientos y reflexionar sobre un tema (lo cual sucede en un 10% de los casos, con suerte). Todo lo demás es feijoada mal digerida.

No. No voy a poner imágenes de caca líquida. No me pagan lo suficiente para buscarlas y luego elegir "la que más me guste".

Por eso, si optamos con seguir perdiendo el tiempo en Internet después de leer un artículo o ver un video, hay algo mucho mejor que ver los comentarios y es…


2. Buscar algo que nos parta de la risa

No lo vas a encontrar. Es necesario partir de esa premisa. Pero si buscás material que te divierta, seguro que como mínimo vas a encontrar algo que te ponga una sonrisa en esa cara de chupa limón que tenés habitualmente.

Provocaciones innecesarias aparte. ¿Nunca se hicieron la pregunta de por qué hay tantos chistes con fotos de gatitos en Internet? La respuesta es, desde luego, que hay un complot de adoradores de gatos que planea lavarnos el cerebro para que finalmente nos empiecen a gustar las películas de Garfield.

Es un plan condenado al fracaso. Evidentemente.

En realidad es porque nos gusta ver cosas divertidas, tontas, tiernas, lo que sea con tal que genere un efecto positivo en nuestro estado de ánimo. Así como dije a lo largo de todo este artículo que la Internet sirve como cloaca colectiva, también es verdad que a veces, nos potenciamos para sacar cosas increíbles, divertidas e instructivas.  Hay videos, artículos o historietas que simplemente están ahí para que podamos disfrutarlas y olvidarnos por un instante que nuestro jefe es un gordo conchudo que, si sos mujer se la pasa diciéndote guarradas, y si sos hombre, se la pasa esperando que le celebres los chistes y te arrodilles ante el poder soberano de su papada.

Es maravilloso ver como se ha creado toda una cultura de humor e ideas divertidas que crece en base a la colaboración de gente común y corriente (aunque también participa una notable mayoría de pibes que no saben cómo decirle a la mejor amiga que la quieren partir al medio). Pero cualquiera puede sumarse, o simplemente disfrutarlo. Aparte de eso están los webcómics, los portales de humor, los videos graciosos y las páginas de videojuegos amateurs.

¿Qué pasa? Dije videojuegos, ¿No?

Todas apuntan a que le dediques cinco minutos, te rías y puedas seguir con tu día pero ahora con mejor humor. O bien, estés navegando como cinco horas viendo boludeces y tengas que quedarte trabajando hasta las nueve de la noche.

Sea como sea, hay contenidos para todos los gustos porque la maravilla de Internet es que podés…


1. Crear tu propio material

Y esta es la verdad de la milanga.  Bueno, no. Mentira. La Verdá de la Milanga es esta (LVDLM para los amigos). Pero a efectos del ejemplo sirve y ahora paso a explicar porqué.

La maravilla de Internet, y la razón por la cual hay tanto boludo (y boludas, que de esta las mujeres tampoco zafan) que se copan hablando de la Web 2.0 como si hubiesen descubierto la rueda, es que por primera vez en la historia de la raza humana tenemos un medio de comunicación masivo en el cual todos podemos colaborar. O dicho más simple, podés dibujar pitos en tu blog y que lo vean millones de personas. Y esto es porque hoy en día, hacer un blog no solo es gratis, sino que además es sorprendentemente fácil.

heeek_heeek_uhu_uhu_uhu.blogspot.com

Si no te gustan las cosas que encontrás en Internet, lo cual no es muy difícil considerando los puntos que mencioné anteriormente, nada impide que arranques a escribir, dibujar o filmar tus propias ideas y las subas a la Web. No es necesario saber programar ni diseñar. Simplemente hay que leer las instrucciones básicas que tiene cada portal de blogs gratuitos como Blogspot, WordPress o Tumblr. O si preferís filmar cosas, Youtube o Vimeo te permiten compartir tus videos.  Más allá de los ejemplos, hay centenares de páginas que te permiten crear tu propio material y subirlo.

Quizás te lleve más de los veinte minutos por día que podés dedicarle a boludear en Internet. No importa. Podés usar algunas horas de tu fin de semana para crear algo que te guste y compartirlo. Cuando finalmente tengas materiales subidos a la Web, vas a sentirte feliz por el simple hecho de haber generado tu propio material. Te aseguro que hagas lo que hagas, va a ser más constructivo que una noticia sensacionalista o un comentario incendiaro. A menos que te guste postear sobre accidentes de tránsito causados por neonazis que golpean a sus esposas cada vez que los políticos opinan sobre los comentarios ofensivos de Internet…

"Hoy me pinta insultar la inteligencia y la dignidad de absolutamente todo el mundo, jojojo."

En ese caso, te sugiero que cierres tu navegador, apagues la computadora con toda tranquilidad y vayas a hacerte dar por un burro excepcionalmente bien dotado.

El TaTa escribe los Lunes de Ktarsis desde la sección de comentarios de La Verdá de la Milanga . Podés seguirlo vía Twitter o en Facebook, a tu propio riesgo. 

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